¡MOR-DI-DA, MOR-DI-DA!

Dime, ¿alguna vez has sido presa de la extorsión de las autoridades -ya sea para recibir o eludir aquello que te correponde- o has practicado el cohecho con tal de beneficiarte de alguna situación?, si respondiste que si a alguna de las preguntas anteriores tu formas parte de la corrupción en México.

Los servicios de salud y educación son los dos rubros en los que ha aumentado la corrupción en este hermoso país.

De acuerdo con el Índice nacional de corrupción y buen gobierno que dio a conocer el capítulo México de Transparencia Internacional, la corrupción ha aumentado en estos dos servicios en los últimos 10 años.

En una escala del 1 al 100, aumentó de 4.3 a 8.7 el índice de corrupción para ser atendido en el área de urgencias en una clínica u hospital.

La educación no está exenta de la cultura de la “mordida”, en la educación también aumentó de 4.7 a 7.0  el trámite para obtener constancias de estudios o exámenes en escuelas públicas.

En 2010, una “mordida” —como se le llama coloquialmente al pago de un acto de corrupción— costó a los hogares mexicanos un promedio de 165 pesos, con lo que podrían comprar 16 kilos de tortilla, alimento básico en México. De acuerdo con Transparencia Mexicana, hubo 200 millones de actos de corrupción durante 2010 en el uso de servicios públicos otorgados por autoridades federales, estatales, municipales y en concesiones y servicios administrados por empresas particulares, lo cual asciende a un total de más de 32 mil millones de pesos en “mordidas”, este monto equivale a casi dos veces el valor de la línea 12 del metro en el Distrito Federal, la obra más importante en presupuesto en todo México.

Talvéz te suene trillado pero es cierto,  la corrupción somos todos, hagamos un esfuerzo por el bien de nuestro futuro y comencemos por aceptar las multas que verdaderamente merecemos por haber cometido alguna infracción, y luego hagamos nuestro trabajo -y exijamos que los servidores públicos lo hagan- tal y como se debe, hasta entonces solo pediremos mordida cuando partamos un pastel.

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